**Y SURGIERON DE LA NIEBLA**
Y SURGIERON DE LA NIEBLA
Autor: Ralph Barby
Editorial: Bruguera, Selección Terror, n° 12
Año: 1973
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Nuestra historia comienza con un enorme barco-escuela con 200 estudiantes y 12 profesores a bordo a merced de una impresionante tormenta.
Algo que nos importa un cuerno porque al final seguro que solo se salva el prota viril de turno y cuatro tías buenas.
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Página 3
La radio no funciona bien, mi capitán, nadie responde. Las condiciones meteorológicas son adversas.
Si con el barco a pelo de escorar segundo sí, segundo también, tu capitán no aún se ha dado cuenta de que las condiciones climatológicas son muy adversas, imagino que el título de Capi se lo sacó en la Universidad Rey Juan Carlos.
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Páginas 3 a 5
En el salón principal la gente las está pasando canutas entre los vaivenes del barco y el terror a hundirse.
Pero no Peter Darwin, nuestro protagonista. Ni tampoco Marlo, la coprotagonista, que está espatarrada en un sofá tan pichi.
Pero el barco escora salvajemente y...
Peter Darwin resbaló por el piso y fue a parar de cabeza contra las piernas de Marlo, que se hallaba sentada en un sofá, agarrándose como podía.
-¡Peter!
-Tienes unas piernas muy bonitas.
El barco se está hundiendo. Va a palmar hasta el apuntador. Pero ahí tenemos a Peter Darwin centrándose en lo que de verdad importa: ¡Intentar mojar el churro!
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Página 7
Ha estallado la sala de máquinas y el casco se rompe por todas partes. Byron, el segundo de a bordo, informa al Capi y recibe esta contestación de su superior:
¿Y qué hacen que no reparan averías?
Seguro que si hubieseis contratado a MacGyver os lo habría arreglado con un chicle y una cucharilla de postre.
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Página 8
No os encariñéis con el Capi, que la selección natural ha seguido su curso y ya la ha palmado. Se ruega una oración por su única neurona.
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Página 8
El barco está a escasísimos minutos de pasar a mejor vida. Pánico por todas partes.
Darwin: ¡Vamos! ¡Hay que subir al bote!
¡Hombre, no me fastidies! Ahora que iba a empezar un sudoku...
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Página 9
El marinero Soames y el estudiante Darwin cogen a una profesora histérica por las piernas y la meten de cabeza en un bote.
Hijos, sois más finos que unas bragas de esparto. Yo creo que con haberle dado un empujoncete o agarrarla de los brazos y llevarla con vosotros habría bastado.
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Página 10
Interrumpimos la emisión para informar de una terrible tragedia: Darwin ha sobrevivido.
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Página 11
El barco se hundía rodeado de llamas y, paradójicamente, de agua...
A ver, que yo me aclare: ¿Qué tiene de paradójico hundirse en agua en medio de UN OCÉANO?
¿En qué otra cosa pretendías que se hundiera? ¿En confeti?
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Página 12:
Soames contó rápidamente los que eran y dijo:
-Somos once a comer y beber, cuatro, quizás cinco días a lo sumo, y estirando mucho.
-No hay cuidado- gruñó Byron- Las chicas comen poco.
¡Coño! Yo debo ser un buey entonces.
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Página 13
Darwin tiene una brillante idea:
... Yo me voy a quedar con poca ropa y las chicas también.
Sí, página 13 y todas las chicas están ya en sujetadores y panties. No se podía prever.
Y, cómo no, aquí nos llega el enésimo comentario pensado con la po...
...Incluida la cincuentona profesora que miraba a popa rehuyendo los ojos de todos. Sus carnes estaban muy lejos de poseer la tersura de las jóvenes alumnas de distintas nacionalidades...
La cincuentona y fofa mira para popa, no como las jóvenes y prietas, que Darwin en breve las pondrá a mirar a Cuenca.
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Página 14
¡No puedo, no puedo más, no puedo más...!
La que había gritado era Dy, una chica canadiense delgada y poca cosa. Sin que nadie pudiera impedirlo, se arrojó al agua ante el temor de morir de sed y hambre.
Porque morir a dentellada limpia de los tiburones que rodean el bote suena a muerte mucho más agradable, dónde va a parar.
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Página 15
Se escucha la sirena de un barco. Todos se quedan en silencio sepulcral.
El navío se acercaba, era como si se dispusiera a arremeter contra ellos con su proa grande...
Entre las chicas y la profesora Rebekka había tanta alegría por encontrarse con el buque que había de salvarlas, que no temían que la proa arremetiera contra ellas...
¿Seguro que seguimos hablando de barcos?
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Página 18
Ha muerto Emile, otra estudiante a la que también nos definen como poquita cosa, lo que para la trama la hace sacrificable.
Sin tetas no hay bolsilibro.
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Página 19
La había oído hablar con aquel sujeto que se había disuelto enigmáticamente.
Se había desvanecido, Ralph, que no es un Eferelgán.
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Página 19
El bote salvavidas navegó al garete transportando el cadáver de una joven estudiante francesa que miraba a un cielo que no podía ver. La niebla y la muerte se lo impedían.
Yo creo que es solo por lo segundo, pero qué voy a saber yo, que solo tengo un blog.
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Página 20
Byron: Nadie sabe lo que es un barco de madera hasta que lo ha oído crujir.
A fe mía que con un vistazo bastaría.
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Página 24
Byron: En toda mi vida, que yo sepa, no se ha botado ningún buque de rotores en el mundo. Todos son anteriores a mi nacimiento.
Marlo, preocupada, dedujo:
Lo que equivale a decir que este buque es sumamente viejo.
Marlo es de las que le preguntas que cómo te queda una falda y te dice que pareces una butifarra embutida en un tutú.
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La cincuentona de carnes fofas, el marinero negro de piel áspera, las extranjeras que son poca cosa, los calvos con cicatrices que resultan asquerosos, sordomudos dementes...
-¿Es el autor de Y surgieron de la niebla? Al habla Trump. Te necesito para que redactes mi próximo programa electoral.
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Página 35
A Byron no le hacía ninguna gracia hurgar en las entrañas del extraño buque que utilizaba para su deslizamiento sobre el océano el desaparecido sistema de los cilindros rotores, inventado por el alemán Frettner.
Ahí tenéis vuestro dato inútil del día.
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Página 47
Es de noche. Todo el mundo está en un par de camarotes, acojonados. Pero no Peter Darwin, que como sabe que es el prota puede salir a pasear sin problema porque tiene protección de guion.
Por desgracia.
Averiguad a quién se encuentra dándose un paseo: a Marlo.
Se hallaban tan juntos que Peter notó el aliento femenino cerca de su cara...
¿Aliento femenino? ¿Cómo es el aliento femenino? ¿Huele a nubes?
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Página 49
Marlo no se puede creer su suerte porque el salido de Peter la haya elegido para darle un buen magreo.
Tú eres el hombre en el que todas las chicas del buque escuela nos habíamos fijado, tienes algo muy personal. No sé qué es, pero transpiras virilidad.
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Página 51
Van a ir juntos a investigar.
Marlo: Si tú corres un riesgo, también puedo correrlo yo. No vayas a olvidarte de la igualdad de sexos.
Tranquila, Marlo, que Peter lo tiene muy presente. Salvo que seas una cincuentona, o tengas las tetas pequeñas, o seas fea.
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Páginas 53 y 54
Se escuchan gemidos lastimeros. El único acceso que encuentran es un respiradero por el que Peter apenas cabe.
Marlo le dice que va a bajar ella primero, él le dice que ni de coña porque él está mucho más capacitado para la lucha que ella. Marlo le cuenta que fue gimnasta, que tiene el cinturón verde de judo y que practica kárate, aunque en esta disciplina aún tiene solo el cinturón amarillo. E incluso le comienza a decir que no cree que él tenga más fuerza que ella...
Alto, alto, no quiero hacer distinciones, pero es lógico que tenga más fuerza que una chica hermosa y femenina como tú.
¿No puede ser fuerte? ¿Por qué? ¿Se lo impide su aliento femenino?
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Página 54
Preparó una soga que sujetó a la baranda y con el otro extremo ató a Marlo por debajo de las axilas, dejando que la cuerda subiera en vertical por encima de sus duros y jóvenes pechos...
¡Qué vergüenza! ¿Para esto me compro yo un bolsilibro? ¿Para esperar 54 páginas hasta leer la primera mención a dos exuberantes pechos? ¡No te lo perdonaré nunca, Ralph Barby!
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Página 55
Introdujo los pies por el respiradero, siendo esta parte de su cuerpo la primera en desaparecer...
Coño, entrando de pie lo raro sería que hubiese sido la última.
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Total, que encuentran a otro tipo encerrado en una jaula. Está lleno de cicatrices y parece haber sufrido enormemente. Se muestra amistoso, pero como es feo, deciden que lo mejor es dejarlo allí.
Por su parte, los malhechores llenan de humo los camarotes y todo el mundo sale por patas. Soames da la vuelta para rescatar a los que no han podido salir, pero como es negro y, por ende, tan innecesario para la trama como una mujer fea, los malignos seres del barco se lo cargan.
Y me jode, porque es el único que me caía bien.
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Una estudiante nos suelta una perla de sabiduría cuando otra compañera habla de suicidarse porque ya no lo soporta más.
No debemos suicidarnos por miedo a morir.
¿No os ha recordado a la cutrepeli de House of the Dead?
-¿Para qué quieres ser inmortal?
-¡Para ser eterno!
Genius!
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Página 70
Un tipo entra en la sala justo en el momento en que Marlo va a salir por el respiradero. Corre hacia ella...
...para tratar de sujetar los pies femeninos que colgaban en el aire.
Que sí, que ya sabemos que Marlo tiene femenino hasta el aliento.
El tipo de la jaula golpea al perseguidor para que Marlo pueda escapar. Lo oyen gritar cuando el perseguidor se venga en su persona, pero ni se les pasa por la imaginación hacer nada por él.
Espero que el karma haga lo peor que el autor creía que le podía pasar a nadie: que Marlo llegue a cumplir cincuenta o que Peter se quede calvo.
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Sabía que amenazarlo con quedarse calvo sería todo un acierto: Peter ha decidido ir a rescatar al pobre tipo de la jaula.
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Página 74
Era extraño ver cómo todo un cuerpo podía adelgazar enormemente, perder casi toda su carne y, sin embargo, los ojos continuaban con su tamaño normal.
¡Adelgace sus retinas con la dieta del pepino!
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Nada, al final Darwin solo ha abierto la puerta del pobre tipo y lo ha dejado medio muerto en el suelo y que se las apañe.
Peter, ojalá te dé tos de caballo y flojera intestinal a la vez.
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Página 79
Al final los malos son nazis de la segunda guerra mundial, que están luchando con Darwin.
...mientras los dos cuerpos femeninos seguían respirando bajo las sábanas...
Si me tomara un chupito cada vez que el autor ha escrito la palabra "femenino" en este libro, Ballantines me habría nombrado ya clienta honoraria.
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Página 79
Peter le explica al soldado nazi que en el momento de narrarse la novela hay dos Alemanias "que viven en paz" y felicidad.
Para Peter Darwin el Muro de Berlín debe ser el nombre de un bar.
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El hombre de la jaula, que era el antiguo capitán del barco y un buen tipo, ha lanzado al jefe nazi al interior de una caldera al rojo vivo.
Menos mal que en esa sala hay alguien competente.
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El barco va a estallar. Darwin y las mujeres improvisan una balsa con la puerta de una bodega. Peter se tira al agua y todas las chicas le siguen como lemmings. Luego tiene que ayudarlas una a una a nadar hasta el bote y subirlas porque ninguna se vale por sí misma.
-¿Es el autor? Al habla Ratona. Era para informarte de que no existe ningún impedimento anatómico o intelectual que impida a una mujer flotar o nadar por sí misma.
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Diversión: Sorprendentemente, un poco aburrido para ser un bolsilibro
Nivel de exuberantes pechos: Muy deficiente
Nivel de erotismo: Nulo
Nivel de giliflautadas: Necesita mejorar
Cerebro del reparto: ¿Qué es eso? ¿Se come? ¿Pica?
¡Hasta la próxima, bolsilibronautas!